Ella

Bruma azul rodeando sobre su cabeza, su mirada no mentía, no podía mentir, tras esa sonrisa fingida que convencía a todos, esos gestos alegres, comentarios sádicos, se encontraban esos ojos, esos ojos que sabían llorar, pero eran fuertes, como ella, inquebrantables casi siempre, pero el peso del mundo era demasiado.

Esta historia desconocida, se revela bajo cada palabra escrita, porque tu alma ve lo que tus ojos no, y yo la veía, pensaba verla, un espectro ilusorio de una realidad distorsionada, vista bajo el velo del juicio propio, inutil como cualquier intento de entrar a ella, no a su cuerpo ni a su mente, a su alma, esa alma sufriente, cansada y dispuesta, que todavía sabe amar, pero se niega a ser herida, esa alma que espera por un redentor pero no para ella, sino para todos los que ama y que sufren con ella, porque la historia no es sobre ella, sino sobre todos aquellos que sufren por un tercero que no es el mismo, y ese tambien sufre, porque al final todos buscan su Redentor.

Rostro enamorado, cansado de llorar, sin pensamiento, sin razón, sin amor, conforme, en busca de algo parecido a la felicidad, a cuentas de un tercero, cálido y amable, ciertamente enamorado que intenta mostrarle al mundo, y lo descubren, juntos, si es que pueden. Pero, ¿Que decir de todo su pasado? Que permanece presente en su futuro! Dilemas y noches solitarias de pensamientos recordados, con ideas repetidas y sueños reencontrados, pero pausas cortas, por dolores momentaneos, porque el dolor se olvida por la costumbre de la hiel.

Llegará sin anunciarse la salvación. Es su esperanza. Todos serán uno como lo fueron es su sueño; pero la vida es cruel, dicen, pero sorprende, y los que luchan con ella y como ella heredarán la gloria de la verdad, porque algún día el peso de mundo les dará las fuerza para ir, aguanta, el peso del mundo te dará la fuerza para ir, solo aguanta, el peso del mundo te dará la fuerza para ir.

Te sientes fria y perdida en la desesperación, construiste una esperanza pero el fracaso es todo lo que has conocido, recuerda toda la tristeza y la frustración y dejala ir.

Y las calles de sueños rotos, los septiembres interminables, las ventiún armas, los dolores de parto y las sonrisas por él, siempre, su pasado presente y futuro, seguirá en ella, como recuerdo de la gloriosa vida viva que vive. Al final siempre feliz, como un cuento de hadas con una princesa de un cuento no contado, porque si ella tuviera que vivir todo de nuevo, sabes que no cambiría nada en el mundo.

No dice nada, porque lo sabes todo, y es feliz, con sus comentarios sádicos, sus gestos alegres, su sonrisa fingida, su mirada honesta y la bruma azul sobre su cabeza.

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